El Presente. La Blogosfera

Pánfilo al momento de recibir la noticia de su ciudadanía honoraria
(foto cortesía de The New North Songo Morning Herald).
Entre todos los casos que exacerbaron la analítica de Idamanda Rosael y Richard del Monte, el Enigma de Nuevo Songo* destacaría por su festiva duplicidad. Ni se trataba de una derivación de El Hecho conceptualmente, pues la mítica novosongonesa descansaba más en el humor recreativo que en la diversión productiva, ni podía descartarse que formara parte de una ofensiva calculada de algunos próceres de la desmitificación. Estos, parapetados tras la excusa de que los puntoCON* manejaban los hilos de “El Caso de la Isla de Man”, como también se le conocía, habían inducido a la pareja a andarse con tiento. Era cuestión de descifrar el enigma o abandonar Erótica a su suerte, algo que Idamanda no estaba dispuesta a considerar.

Nuevo Songo, en cualquier caso, se había erigido en un reto. Un reto semejante, en la densidad de su misterio, al del Anónimo Estresado. El Anónimo Estresado había saboteado durante días, con una persistencia digna de mejor causa, la sección de comentarios de Iconoclastia, empeñado en poner sobre el tapete los intereses ocultos de “quienes hacían negocio con la causa cubiche”. Tan lejos llegaría en sus afanes, que incluso el descubrimiento de Nuevo Songo había sido incapaz de devolverlo a la acogedora sombra de la realidad cumberlana. No había nada para nadie. Había que andarse con cuidado con la Zorra.

¿Por qué el resto del islote —Bajo Songo— era una provincia rebelde y aspiraba a la reunificación? ¿Por qué los padres fundadores habían renegado de su pasado vikingo? ¿Qué tenía que ver Pánfilo* con la misteriosa sensualidad de la reina Leididí Usnavi Burundanga I, a quien tantos cronistas relacionaban con Meneíto? ¿Por qué insistía el director de la Orquesta Sinfónica local, y ex ministro de Cultura, Pello el Anglocán, en ir a tocar a Cuba? Estas y otras preguntas horadaban, incesantes, los sentidos de la pareja delegada. El sexto sentido de Idamanda. El tercer sentido de Del Monte.

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* Entre todas las recreaciones de El Hecho, en su etapa moderna o cibernética, quizá es Nuevo Songo la que más puntos de contacto guarda con lo que Richard del Monte ha denominado el “choteo hedónico”, o la “desmitificación del Cerdo en tanto leyenda urbana”. De manera que este otro islote se concibe a sí mismo transversalmente: “Los primeros viajeros que arribaron a las costas de Nuevo Songo no fueron los balseros cubanos, padres fundadores que llegaron arrastrados por la Corriente del Golfo tras perderse en el Atlántico intentando alcanzar las costas de la Florida. El islote, como la Isla de Man, fue territorio celta desde el 600 a. d. c. y puesto vikingo desde alrededor del año 900. Pasó sucesivamente de manos noruegas a escocesas, y finalmente cayó en poder de la Corona británica, en el siglo XVIII (…) Nuevo Songo del Norte (New North Songo, en inglés; Nueo Ongo el Nolte, en novosongolés) está ubicado al noroeste de la Isla de Man, que es su centro político de gravedad, y como tal ha adoptado las características de ese territorio semi—independiente de la Corona británica”, ha señalado Victoreto, uno de sus cronistas más populares, en el blog homónimo.

* Como delegados activos, uno de los objetivos fundamentales de Richard del Monte e Idamanda Rosael fue rechazar y/o contextualizar la manipulación cibernética de la oposición colectivista, nacionalista o puntoCON, empeñada en sabotear el Hecho Thamacun. Así, el surgimiento de Nuevo Songo del Norte pudo constituir, en principio, una maniobra envolvente del nacionalismo cubano, pero también una jugada especulativa de ciertos próceres de la desmitificación, conscientes de que El Hecho albergaba suficiente potencial humorístico para desmontar la estética choteadora de sus adversarios conceptuales.

* A Pánfilo, ciudadano cubano, protagonista de un célebre video en Youtube en el que se denunciaban las carencias alimentarias en Cuba, le fue concedida la ciudadanía honoraria novosongolesa en 2009.

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